¡Rayos y truenos! Permítanme que me presente. Mi nombre es Francisco José Calzado Fernández y, aunque no soy reportero de Le Petit Vingtième, sí me considero un capitán de aula y un entusiasta explorador de las Humanidades y las Ciencias Sociales. Ofrezco estas páginas, que he disfrutado y disfruto escribiendo más que el Capitán una buena singladura, para compartirlas con otros camaradas y lectores apasionados por la inmortal obra de Hergé: "Las aventuras de Tintín".
¡Por todos los diablos! Un explorador que se precie no se contenta con una sola singladura. Aquí les dejo parte de mi diario de a bordo con otros periplos por los mares del conocimiento:
- Geografía e Historia: Mi expedición principal, un mapa para no perderse en los recovecos del tiempo y el espacio. https://geografiaehistoria.org
- Aprende Lógica: Un pequeño manual para desenmascarar a anacolutos y filibusteros del pensamiento, ¡más útil que el péndulo del profesor Tornasol! https://aprendelogica.es
- El Impresionismo: Una galería de tesoros pictóricos donde la luz y el color cuentan sus propias historias. ¡Achispas y chispas! https://impresionismo.geografiaehistoria.org
- Climogramas: El arte de descifrar los mensajes secretos que nos envían los cielos. https://climograma.geografiaehistoria.org
- Audiolibros: Relatos y crónicas para escuchar junto al fuego, perfectos para una noche de guardia en el Sirius. https://audiolecturas.es (También en: https://audiolibros.fcalzado.es)
Un momento, dirán ustedes... ¿y los comentarios? ¡Diantres! He decidido clausurar esa vía. Filtrar los mensajes de tanto papanatas y mercader de alfombras (lo que hoy llaman spam) roba un tiempo precioso que bien podría emplearse en preparar la próxima aventura. Si algún buen amigo desea enviarme un despacho, puede hacerlo a través del formulario de contacto. ¡Garantizo que llegará a buen puerto y no será interceptado por ningún espía bordurio!
¡Un poco de silencio, por mil millones de mil demonios! Sobre las redes sociales
Está más que documentado por sabios más listos que el propio Tornasol que el uso de esas redes sociales conlleva más peligros que un viaje a la Luna. Por ello, me niego en redondo a usar esos altavoces de feria para pregonar mis crónicas.
De hecho, ¡rechazo la idea misma de la promoción! ¡Zulús! ¡Paparajotes! Si una bitácora es útil para mejorar algún aspecto de la vida de algunas personas, no debería necesitar más reclamo que la calidad de sus contenidos. Entrar en el juego de los mercachifles para que cada vez más gente conozca el propio trabajo, y así engordar el ego y conseguir el vil metal ("monetizar", ¡qué palabra de filibustero!), supone asumir una lógica de traficantes y negreros digitales completamente opuesta a mis valores como persona y como profesional de la educación. ¡Al abordaje de la cultura, sin fuegos de artificio!